Cuando eres dueño de una empresa o estás a cargo de su contabilidad, es normal encontrarse con términos que parecen similares, pero que tienen implicancias muy distintas. Año calendario, año comercial, año fiscal y año tributario son conceptos que debes entender claramente para tomar buenas decisiones contables y cumplir correctamente con el SII.
A continuación, te explicamos qué significa cada uno de ellos y cómo puede impactar tu gestión financiera y tributaria.
El año calendario es el período de doce meses que comienza el 1 de enero y finaliza el 31 de diciembre. Es el mismo que usamos comúnmente para organizar actividades, feriados o cualquier planificación anual. En contabilidad, también se usa como base de referencia, especialmente para reportes o planificaciones de largo plazo.
El año comercial también tiene una duración de doce meses, pero puede terminar el 31 de diciembre o el 30 de junio.
Este término es más flexible porque se adapta a realidades distintas de cada empresa o rubro. Ahora bien, el año comercial no corresponderá a un balance tradicional de doce meses en los siguientes casos:
Por lo tanto, si tu empresa está recién empezando o cerrando operaciones, el año comercial puede tener una duración distinta.
El año fiscal es el período que utilizan los organismos del Estado para estructurar y controlar sus presupuestos y cuentas públicas.
En Chile, el año fiscal va del 1 de enero al 31 de diciembre y sirve como marco para todo el funcionamiento financiero del sector público.
Aunque tu empresa no sea parte del sector público, es importante conocer este concepto ya que influye en políticas económicas, asignación de fondos y posibles cambios tributarios.
El año tributario es el año en que se declaran y pagan los impuestos correspondientes a los ingresos obtenidos el año anterior (año comercial o calendario).
Por ejemplo, los impuestos que declaras en el Año Tributario 2025 corresponden a los ingresos generados durante el año 2024.
Este concepto es clave, ya que todo tu cumplimiento tributario (Renta, IVA, PPM, etc.) está determinado por este período.
Una confusión entre estos conceptos puede llevar a errores en la presentación de balances, incumplimientos tributarios o incluso sanciones del SII.
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